Es que no sé ni por dónde empezar…

Porque esto sería como hablar de que si trabajas en lo que amas nunca más trabajarás.

O preguntarte que cómo eres capaz de llegar cada mañana -bien temprano- a ese sitio que no soportas porque es superior a tus fuerzas estar allí un día y otro y otro y otro y otro.

Bien.

Evidentemente que no todos vamos a poder trabajar en lo que amamos.

Porque es cosa de amor y también de valor.

Porque para eso hace falta tenerlos como el caballo del Espartero.

Ellos y ellas.

(Y la bastarda hija de la Bernarda en la que ahora estás pensando)

Bien.

Y también evidentemente que ir al curro no mola pero que no siempre es una putada, aunque no estés en tu sitio soñado.

Para esto, con tener espalda es bastante.

Peeeeeroooo:

Si no los tienes de acero y tampoco estás tan mal (dos puntos otra vez)

¿Al menos sirves para lo que haces?

Y aquí nos vamos a olvidar del resto del mundo centrándonos únicamente en los vendedores.

Consultores

Asesores de ventas

Comerciales

Gestores de soluciones

O como te guste llamarte.

Da lo mismo porque te dedicas a lo mismo que yo. A vender.

Y te lo vuelvo a preguntar.

¿Sirves para vender?

¿Cómo llevas eso de que te digan que no mil veces por minuto?

¿Qué te parece tener el pedido a punto de caramelo y que se te esfume en las narices?

¿Cuántas veces has sentido ganas de matar?

¿Dónde te metes cuando no salen las cuentas?

¿Por qué no te reciclas de vez en cuando?

O te reinventas.

O te pones a repasar.

O te resiliencias.

O te pones las pilas.

Da igual como queramos llamarlo.

Al final todos tenemos que hacer lo mismo: Formarnos de una manera continua.

Soy un copywriter que ama las ventas, me dedico a impartir formación comercial y soy bueno en esto, por eso me encantaría conocerte.

Es interesante que hablemos.