¿Te puedes imaginar cómo se queda una madre cuando su hijo le cuenta que deja su puesto de funcionario para dedicarse al copyfwrteright?

¿Copyqué?, fue lo que soltó mi madre y algo me dice que toda madre tendría una reacción parecida. No hay más que una.

Y cada día he fracasado en eso de explicarle a lo que me dedico.

Sí mamá, trabajo desde casa y me dedico a la formación comercial. Ayudo a los vendedores, asesores, consultores y agentes comerciales a que no pierdan comba y vendan mucho.

Porque si sabes vender tendrás dinero. Y entonces abro el portátil para enseñarle cosas de muestra.

-¿Pero como esos que llaman por teléfono a molestar o a timarme?

-No mamá, lo mío es muy bueno.

Lo mismo coopero con una dentista que con un distribuidor de juguetes para mayores, con un protésico ortopédico que con la Mari de los peines, que buscaba vender más y también formar un equipo de vendedores que le vendieran la leche en verso.

-Bueno, si tu estás contento… aunque mira que dejarte un puesto fijo con sueldo fijo…

Y así cada día.

Y cada vez un poco peor porque mi madre va perdiendo la memoria.

Cada día fracasando en mi empeño de convencerla de que tengo un curro que me encanta hasta que hace unos días me llamó por teléfono y me dijo que ahora lo tenía claro.

-Eres muy bueno en lo tuyo.

Me quedé en silencio y antes de reaccionar siguió:

-Vengo de pasar el día en Murcia con mis hermanos y en el restaurante se me ha acercado un hombre muy alto para hablarme muy bien de ti porque le haces unas cosas muy interesantes que lo ayudan en su trabajo.

Y desde entonces no necesito entrar en detalles, lo cual nos da una buena lección de ventas sobre la importancia que tienen las referencias de los clientes.

P.D. Sigo sin saber cómo aquel hombre -debe tratarse de Alfonso López- supo que yo era hijo de la madre que me parió.