Un chalado que me encargó que le escribiera una novela

Antes de organizar esto de las Dreamlentejas fui haciendo probaturas. Era un escritor de fortuna. Me gustaba escribir y ganarme la vida escribiendo para otros.

Me anuncié en Mil Anuncios. Fue cuando yo empecé a ser un copywriter sin saberlo.

Textos por encargo decía. Y también me ofrecía como negro. Escritor de fortuna lo llamaba.

Te escribo una novela en un pispás. Y luego te buscas la vida para publicarla. Era un formato de negocio muy primario. Simple y sin complicaciones pensaba yo.

Hasta el momento yo sólo había escrito otra novela ajena. Una buena familia que querían hacerle un regalo a su padre. Una buena persona y un trabajo chulo.

Vamos al lío que iba.

Un día me llama un loco de remate. Contándome que acaba de salir de prisión por un delito que no cometió. Asunto de malos tratos.

Mala cosa.

Mala cosa era también mi cuenta del banco. Así que manos a la obra.

El mozo quería un presupuesto para escribir los hechos y sucesos. En tono de novela. Un best seller estaba seguro de que sería. Lo tenía todo pensado.

Sólo necesitaba alguien que se lo pasara a limpio.

Le expliqué mis condiciones de trabajo. Normalísimas. Pero yo soy idiota pero no tonto.

Por eso para darle un precio tenía que medir el tamaño del encargo.

1.Extensión

2.Contenido de su borrador

3.Creación o no de personajes

4.Estructura de la trama

5.Estilo de narrativa

Total que el muchacho insistía en que estaba casi listo para ir a imprenta.

Cada llamada de teléfono era una hora sin avanzar. Sin sacar nada en claro.

-Pásame lo que tienes y te doy un precio orientativo.

-El libro de aquí no sale, -respondía el nota.

-Pues no puedo darte un precio, -ahora yo con lo mismo.

-Joder, joder, me cago en la leche…

Finalmente conseguí el trabajo. Y le saqué unos buenos duros.

Si quieres te cuento cómo atar un encargo antes de aceptarlo. Por tu bien.

Lo mejor es que contrates una formación presencial. Es aquí.