Tus objetivos son tuyos. Y nada más que tuyos.
Por eso tienes que llevar cuidado con quienes te rodeas.
Porque puede que:
1.No comprendan lo que pretendes.
2.No quieras participar de lo que pretendes.
3.No quieran que consigas lo que pretendes.
4.Te copien lo que pretendes.
5.Te desvíen de lo que pretendes.
6.Te estropeen lo que pretendes.
Si haces un breve repaso de los últimos proyectos que tuviste entre manos, verás que ni siquiera fueron idea tuya.
Posiblemente.
Y si lo fueron, aquí se termina esta Dreamstoria. Enhorabuena.
En el colegio te dijeron que sacar buenas notas te daría un buen futuro.
Lo mismo en el instituto y en la universidad. Siempre la misma milonga.
¿Y qué fue lo que realmente te dio todo eso?
Cuando conseguiste curro te felicitaba la gente. Pero ahí fue cuando la cagaste burlancaste. Por eso ahora andas buscando valor para dedicarte a lo que de verdad te interesa.
Y no faltará quien te machaque con que estás loco por dejarte un buen trabajo o que si te piras estarás fracasando.
Estos seguramente son los mismos que te decían que cuanto más te esforzaras más recompensas tendrías.
Porque la única forma de vida es trabajar 8 horas en algo de lo tuyo, que esa es la verdadera fortuna.
¿Qué me dices de las recompensas?
Ahora te das cuenta de que el puesto de trabajo que tú quieres es uno en el que nadie había pensado y resulta que te lo tienes que crear tú mismo.
CON TU TURISMO
Porque los objetivos son personales e intransferibles, y lo que tú buscas, quieres y consigues, no tiene por qué coincidir con los miedos que condicionan a las personas que te rodean.
Todos con su mejor intención, pero vaya tela.
Cuando leas Sueña sin perder de vista tus lentejas, encontrarás unas pautas interesantes para conciliar lo que quieres con los que te quieren.
Se compra aquí.