Te voy a contar un método que nunca falla
No sé si me alegro de que continúes leyendo. Porque no se puede hacer caso de todos los charlatanes crecepelos que rondan por ahí.
Sí que me alegro porque que te quedes leyendo dice mucho de ambos. Por mi parte tengo la oportunidad de continuar contándote cosas. Por la tuya demuestra interés. Es bueno se mire por donde se mire.
No hay métodos que nunca fallen.
Ni recetas mágicas.
Ni la Fuente de la Eterna Juventud.
Los cuentos de hadas se quedan para el sofá y la manta.
Pero los jetas metidos a influensers están en marea alta. Mañana te contaré cuando conocí al primer influenser antes de que existieran los influensers.
El cabrón me convenció para vender la cadena de oro de mi Primera Comunión.
Aquí estamos en la vida. Jugándonosla.
Cuando yo tenía 30 las gente entraba a trabajar a los sitios pensando que sería para siempre. Deseando eso.
Muchas veces pillabas el puesto que dejaba libre un tío, un vecino o un conocido que se jubilaba. Después de haber estado en ese mismo sitio desde que colocó por primera vez. Ocupando un puesto que quedó libre.
Tan contentos.
Vaya tela. Ahora todo está patas arriba.
¿Es una suerte? Claro que sí. Sí, sí y sí.
Todo está en continuo movimiento. Si te paras en mercado laboral ni te cuento. En el mercado de follar lo mismo. Las relaciones. Los contactos. Las oportunidades no paran. Es lo bueno.
Cualquier situación en cualquier momento puede dar un giro. Lo que estaba claro de repente se convierte en un riesgo. Y al contrario.
Falsos gurús proclaman que A+B=C
Y puede ser verdad. Pero mañana es otro día. Y pasado mañana ni te cuento.
Cualquier método que seas capaz de dominar es válido. En un momento concreto. Mañana ya veremos.