Te mueres, eso es seguro
Todo lo demás está por verse, vendrá o no vendrá, llegará o se irá, se detendrá, pasará, ¿qué será será…?
A lo mejor es una mierda empapelá.
A lo mejor es la villa que brilla, una maravilla.
No lo sabemos ni hay manera de saberlo con seguridad, pero que te mueres eso sí es seguro. Y lo seguro no deja ni un peso, lo que da plata es lo peligroso.
(Incluso de la mafia hay buenas lecciones que aprender)
¿Has visto morir a alguien a tu alrededor? Alguien de importancia, quiero decir. Alguien cercano, alguien cuya historia conozcas bien.
Si es que no, suerte la tuya y que te dure.
Pero si sí, ya te habrás dado cuenta de lo que pasa:
¿Cuánto se tarda en repartir sus cosas personales? Y quien dice repartir dice tirarlas al contenedor del vidrio.
Es reemplazado en su puesto de trabajo en, ¿unas 24 horas?
Viene siendo sustituido por su pareja en… ¿digamos 9 semanas y media?
Se va pasando la pena y apareciendo el olvido en pocos meses y todos a otra cosa mariposa y a ti que te den, que fuiste capaz de terminar tu vida sin atreverte.
Porque no querías preocupar a quienes se deshicieron de tus cosas.
Porque te daba miedo perder el puesto de trabajo.
Porque evitabas que tu pareja estuviera de morros.
Porque ante todo eran esos que pasaron pena y te olvidaron.
No te arrojes por el acantilado pero haz lo que consideres que es mejor para ti y para los tuyos.
Aunque ellos no lo vean claro. Aunque sientan miedo. Es que te mueres seguro y también los demás.
En el libro Sueña sin perder de vista tus lentejas hay pautas que te ayudarán a afrontar los cambios que afectan a tu familia.
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A nadie le importa tu historia hasta que ganas. Así que gana. Gana mucha pasta y los verás cambiar de opinión.