Si trabajas gratis, que yo no me entere
David es un fenómeno que es capaz de solucionar cualquiera de los problemas que los usuarios torpes de informática nos encontramos a cada paso.
Un tío que sabe mucho y que además quiere aprender más. Y lo cierto es que recurro a él cada vez que lo necesito. Sin titubear.
-Ve a Check Point y verás como te lo arreglan, -fue lo que me recomendó un amigo hace años, cuando me petó un pequeño portátil que usaba para mis primeros trabajos como Copywriter.
Desde entonces David me ayuda en todo lo que necesito, que no es mucho. Por eso sucede que la mayoría de las veces, este técnico me resuelve los estropicios en un momento.
Y cuando le pido la cuenta, me dice que nada, que no tiene importancia.
¡Claro que la tiene, tío!, porque he venido con un atasco y ahora me vuelvo a la oficina con vía libre para continuar con mi trabajo.
Y esto se repite algunas veces. Intervenciones rápidas, a las que David no da importancia, pero que son resolutivas y por lo tanto son muy importantes.
¡No trabajes gratis!, -le digo.
Mucho más cuando yo a ti sí que te cobro por ayudarte en lo que necesitas.
Porque David es un técnico 10 pero le cuesta un poco eso de tratar con los humanos, y sobre todo cerrar ventas a muchas de las personas que van por allí con un ordenador viejo y que están a huevo para comprar un equipo nuevo.
-Porque lo necesitan, David, porque lo necesitan. No porque tú seas un aprovechado.
Y soy yo quien lo ayuda a vender más y además a sentirse bien con ello. Porque él gana más, yo gano más y sus clientes también, porque tienen mejores equipos.
Si todos ganamos, ¡viva la Madre Superiora!
Ahora le estoy ayudando a encontrar una solución para cobrar adecuadamente esos pequeños trabajos que valen mucho más de lo que cuestan.
Soy bueno en esto, y si quieres te ayudo también. Aquí lo tienes.
Pero si no quieres no hay manera. Ahí te quedas.