Los concursos de televisión me sacaron de algún aprieto
Bastante antes de los 30 (debió ser allá por los 20), estaba más tieso que una vela. Iba a vendimiar en septiembre y octubre. Tela.
Recortaba suelas de caucho. Un amigo me pagaba en un sobre. Fui reponedor en Continente (ahora conocido por Carrefour). Esto mediante una ETT.
Con estas pelillas me iba sosteniendo mientras perdía el tiempo en la universidad.
Hasta que un día se me ocurrió probar en un concurso de televisión. Y me gané 100.000 pesetas en un rato. Debió ser 1990, 600€ al cambio.
Y fui al siguiente pocos meses después. Con Terelu. Otra tacada.
Seguí con la gira hasta que me detuvo la llegada de mi primer trabajo “serio”.
Aunque esa inquietud permanecía. Se me daba bien. Me sentía cómodo. Era una buena pasta caída del cielo.
De manera que años después ataqué a Saber y Ganar. Este el concurso en el que menos dinero se gana. Pero es el mayor desafío por la dificultad.
Aunque mi participación fue discreta gané un pastizal. El ultimo día se sentó a mi lado Sergi Schaaff, director del programa.
-Oiga usted, se me da bien escribir. ¿Cómo seleccionas a los guionistas?
-Mándame algo y lo vemos.
Y me contrató. Me lo pasé bomba y gané dinero. Todo a la vez durante dos años.
Iba por la calle cuando recibí la llamada en que nos dimos la mano. Justo entonces me crucé con un amiguete cenizo. De esos que todo les sale de puta madre. Por los cojones.
-¿Dónde vas con esas risas?
-Nada, que me han contratado de guionista en Saber y Ganar.
-¡Vaya putada! ¿Y ahora te tienes que ir a vivir a Barcelona?
Este tío es tonto. Pensé.
Para ganar dinero no hay nada peor que tener que ir a trabajar.
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