Lección de ventas de Lansky

Es lo que te estás imaginando. Este tipo era un mafioso. De tres pares de cojones.

¿Te suenan Bugsy Siegel y Charlie “Lucky” Luciano?

Los creadores de Las Vegas en medio del desierto de Nevada.

Si estos tipos lograron todo aquello desafiando tanto a las leyes de la naturaleza como a las leyes del corruptible gobierno federal, cómo no serás tú capaz de lograr lo tuyo.

Y lo tuyo me refiero a esa cosa que quieres vender a esa persona que te quieres ligar.

Las enseñanzas que nos ofrecen los mafiosos tienen buena miga más allá de las huellas de crimen. Por eso sólo vamos a fijarnos en todo aquello que ya quedó prescrito por las leyes y por la Historia.

Meyer Lansky era un pobre niño judío que las pasó putas y tuvo que marcharse del Este al Oeste para jugársela a cuerpo limpio.

Robó y le robaron.

Aprendió las peores lecciones.

Se abrió camino en el tremendo mundo del crimen organizado, destacando como un magnífico administrador y un excelente negociador.

Y en esto último es a lo que vamos.

Lansky siempre decía que a la gente no le gusta lo que no comprende. Porque es imposible.

Así que lo primero que tiene que lograr un vendedor es hacerse entender, lo que no se tiene que confundir con el manejo de los argumentarios de venta, fichas técnicas de los productos, memoria de calidades y resolución de objeciones.

La clave de la comprensión está en la persuasión.

Y para ello hay que trabajar mucho y seguir una serie de eficaces pautas que se pueden aprender y practicar.

Tú también puedes. Yo te ayudo, soy bueno en esto.

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