Las rebajas del viernes gilipollas
Es grandioso cuando encuentras lo que necesitas. Justo cuando lo necesitas. Al precio que necesitas.
Y todo esto justo justo justo el día ese del viernes negro, que es grandioso que sigas creyendo en los cuentos de Page.
(Mira que es gilipollas ese Page pagegónico tomador de pelos y vergüenza del mismísimo calleja)
Un respeto para las hadas de los cuentos, porque no hay quien se las crea, pero bien bonitas son. Como las alegrías que estoy escuchando en medio del aluvión publicitario del puñetero viernes negro.
-Oye Paco… ¿es que este año no vas a hacernos una oferta por el Black Friday?
-Este año lo mismo que el año pasado, -le respondo al amigo.
El friend se llama Toni Carrión. Lleva un año dándole vueltas entre comprar o no comprar una de las formaciones que ofrezco.
De momento gana el no comprar.
Pero el tío lleva un año sin decidirse tampoco por empujar su actividad, y sigue ahí al ralentí. Sin decidirse a romper por lo bueno.
-Te suscribiste gratis, y cada semana te envío algunas nociones.
-Con eso no me llega, Paco. A ver si te estiras un Black Friday y ya me haces cliente.
-Eres cliente. Una calamidad de cliente, pero no porque no pases la tarjeta, sino porque no te atreves a nada. Y ahí seguirás.
-Hombre, no me digas eso que me hundes…
Las cosas hay que comprarlas cuando se necesitan. Y cuando se necesitan hay que buscar un buen precio, por supuesto, pero sin importar cual sea este si esto es lo que se necesita.
-Rompe el círculo vicioso, Toni. ¿Pagar cuánto se parecería razonable por recibir una formación para ayudarte a vender más?
Tú mismo.
Nos vemos al año que viene, tal día como hoy.
En este viernes negro para gilipollas.
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