La Mari de los peines
Mira que cosas me pasan en este trabajo tan curioso que tengo.
Un día veo el email de Mari. Lo abro porque la tía me llamó la atención:
NO QUIERO SUSCRIBIRME
Joder. ¿Qué le habrá pasado a esta? Pero si es gratis suscribirse.
Lo abro y me pongo a leer lo que me cuenta:
Paco, no quiero rollos de compromiso en cursos, ni clases, pero quiero que me ayudes. Y por supuesto que te pago, hazme un presupuesto.
Total, que seguí leyendo. Obviamente, Mari necesitaba un curso de formación, pero venía escaldada de alguna tomadura de pelo anterior.
Su negocio son los complementos de peluquería y tiene una pequeña distribuidora en su pueblo. Por eso la conocen como la Mari de los peines.
Pero Mari es una caña y vende lo que no está escrito. El almacén que conocen sus vecinos cotillas es la punta del iceberg de un tinglado que esta mujer está manejando muy bien.
Es un torrente y me lo contó todo, como si ella fuera la psiquiatra y yo el loco.
Y viceversa.
O al revés.
Vamos, que cuando dos locos se juntan sube el pan.
Mari está empezando a dar la batalla online y su primera preocupación era que estaba harta de que todo el mundo se refiriera a ella como la Mari de los peines.
A ver Mari. Pero si tienes una marca de puta madre, ¿por qué te la quieres cepillar? ¿Acaso Internet te va a poner reparos?:
La Mari de los peines, el Paco de los copys, el Pepe de los gins y Ferrari el de los coches.
CADA UNO A LO SUYO
Total que Paco el de los copys le propuso a la Mari de los peines quedar un día en su oficina para darle a todo lo suyo un repaso de 6 horas, por 1.000€ y aparte mis gastos de desplazamiento.
Y como es muy buena negociando, buscamos una fecha en la que los gastos por desplazamiento eran 0€.
Por supuesto que aquella formación no puede llamarla curso para que no me echara a peinazos.
P.D. Puedes reservar tu curso de formación presencial aquí mismo. Y lo llamaremos como más cómodo te haga sentir.
¡QUÉ MÁS DA!