Gracias. De corazón.
Mira, esta Dreamstory no tendría que estar aquí.
PORQUE
Algunas cosas no se dicen en las formaciones por mucho que se trate de una formación profesional.
Precisamente por eso.
Porque se trata de formación personal. Y hay que traerla de nacimiento.
Poco se habla de que hay que pedir las cosas por favor (para empezar) y dar las gracias (para terminar).
Cuando operaron a mi madre la Sanidad Pública no estaba tan desastre como ahora. Con 80 años le pusieron una prótesis en la rodilla y los días en el hospital se hacían pesados. Las horas no pasaban, aunque por suerte que fue antes de lo del virus chino, porque al menos mi barba se ahorró la mascarilla.
A lo que voy.
Las enfermeras iban a tope y tratando de hacer su trabajo con esmero en medio de tanta gente maleducada.
Nosotros no tuvimos queja alguna.
Pero la señora que estaba en la cama de al lado de mi madre no tenía acompañante. Y se montó una estrategia para estar bien atendida por las ocupadas enfermeras.
Aprovechaba cada vez que entraba alguna para alguna cosa rutinaria.
Por favor, ¿me trae una botella de agua?
¿Podrías avisar a la auxiliar para que me cambie el empapador?, por favor. Creo que he tenido una pérdida.
Por favor, ¿puedes comprobar que el yogur de la merienda esté azucarado? Ese natural tan agrio de ayer me costó mucho comérmelo.
¡Pero cómo no lo dijo usted antes!, respondió la enfermera.
La señora siempre daba las gracias después de cada gestión. Amablemente y de corazón.
ADEMÁS PIDIÉNDO SÓLO LO IMPRESCINDIBLE
Y estuvo mejor atendida que mi madre.
Todo un ejemplo del que me estoy acordando tras leer el mensaje de un participante del curso que necesita unas aclaraciones y que no ha sabido pedirlas con educación.
-Paco, de gracias y por favor no dice nada en el curso. Yo lo he pagado y ya está.
-Allá tú. Te paso las aclaraciones que necesitas.
Y te recomiendo que leas "Sueña sin perder de vista tus lentejas".
Cómpralo aquí.
P.D. Gracias de corazón.