Fue a mi amigo Pedro a quien escuché esa frase por vez primera.

Y posiblemente la acuñase alguien anterior a él. Pero para mí es mi amigo Pedro su creador.

Porque me dedicó ese pensamiento durante la presentación de mi último libro. Uno posterior a Sueña sin perder de vista tus lentejas.

Un ensayo biográfico que le escribí a otro amigo. El último renacentista que queda vivo y con capacidad creativa:

Es inventor.

Es escultor.

Es poeta.

Es pintor.

Es músico.

Es una buena persona que no se merece que se hable de su obra cuando se muera.

Por eso he escrito su vida y obras mientras está vivito y coleando. Creando. Ahora mucho más creativo. Metido de lleno en esa cosa del

METAVERSO

Por eso cree Pedro que escribir es un acto de amor. Y no sólo cuando se escribe a quien queremos. Me too.

También cada vez que ponemos el alma para convencer a quien no se quiere dejar convencer.

Porque si no pones el alma en las cosas que haces la llevas clara.

Cada vez que escribo una de estas Dreamstorias pongo en ellas todo lo que soy. Unas veces mejor y otras peor.

Pero a lo largo del camino me siento satisfecho. Con sus luces y sus sombras, pero satisfecho.

Y lo mismo mientras te preparaba el Curso por correspondencia para vender cualquier cosa a cualquier persona.

Para convencer.

Para persuadir.

Para ligar. Que no es lo más importante pero sí lo que más llama la atención de quienes hacéis este curso.

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