¿Estas personas de las tómbolas son charlatanes o gurús?

Me refiero a estos de la alegría y el alboroto porque ha tocado otro perrito piloto.

Se ganan la vida con el poder de sus palabras. Algunos son unos cracks.

En la pasada feria de mi pueblo, mi amigo Luis le consiguió sacar al tombolero un robot de estos del suelo. Un modelo de tercera marca. 12 bingos tuvo que hacerse en un mes para lograrlo.

En tienda le hubiera costado justamente 139€. En la tómbola 12 bingos a 2,5€ el cartón. Un mes allí. Todos los días sin faltar uno.

El tombolero un crack. Y mi amigo también. Ambos lo lograron.

La motivación del tombolero era dar de comer a sus hijos. La de Luis era darle el capricho a su hijo de 5 años, que vete a saber por qué quería ese regalo.

Todos contentos.

Cuando cuento estas cosas no falta quien me dice que soy un cuentista. Que es muy fácil hablar. Y que otra cosa son los resultados.

Una vez durante un curso presencial uno me llegó a decir que yo era un charlatán.

Como el del “Duérmete niño”. Que es un libro extraordinario. Y absolutamente eficaz para conseguir que los niños se duerman solos. Tranquilamente.

No por arte de magia sino aplicando unas pautas sencillas y claras.

Me sentí halagado porque me hubieses comparado con este método.

Y de alguna manera es lo que hago. Teniendo en cuenta que:

1.No existen recetas mágicas

2.Cada cual es de su padre y de su madre

3.Hay quien dice que si pero está pensando que no

4.Se puede ayudar a quien quiere

5.Es imposible con quien no quiere

Ni aunque lo maten.

Si quieres conocer algunas pautas para mejorar tus habilidades de comunicación, ser más persuasivo, vender más y ligar más, puedes ponerte manos a la obra.

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