El té también tiene cafeína
¿Se entiende lo que significa o es una barbaridad?
Y mira que, esencialmente, es una mentira.
Ya iba de regreso en el 32, al terminar la habitual reunión de los miércoles en Toastmasters.
Como a esa hora el autobús estaba poco concurrido, me senté al final, donde se sentaban los gamberros del Instituto.
Y en la siguiente parada subieron dos mujeres, que parecían mayores pero que seguramente serían más jóvenes que yo. Venían de la compra, o al menos iban con bolsas de la ídem.
-Me voy a tomar un cafelito a ver si me quita la gana de cenar, y menos calorías para el cuerpo, -dijo la una.
-Cuidado con el café a estas horas no te vaya a dejar en vela, pero es buena idea. Yo en cuanto llegue a casa me prepararé un té Marrakech, de esos de la maquinita de las cápsulas, -terció la otra.
-¡Pero si el té también lleva cafeína!, mira esta…
Me hizo gracia la salida de la mujer, eso lo primero, y después me quedé pensando dos cosas:
1º Siendo un error, técnicamente hablando, el mensaje estaba clarinete.
2º Se entendieron sin margen de error.
Esta anécdota autobusera al caer la tarde en la Isla de la Cartuja, resume otras muchas que se dan continuamente.
También cuando estamos en medio de una venta.
Y está muy clara la diferencia entre mentir o hablar en la jerga del cliente, que será técnica o coloquial según tenga que ser en cada situación, porque lo que necesitamos como vendedores (comerciales, asesores, gestores o conseguidores de soluciones) es que se nos entienda sin margen de error.
Un camaleón se integra en su entorno.
El junco se cimbrea al ritmo del viento.
Pues tú lo mismo.
Y cuando quieras seguimos con esto.
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