El mayor problema de hacer a los 50 lo que debiste hacer a los 30
A Perogrullo lo hicieron santo por algo. A mi por contar estas cosas me debería dar dos cosas de esas que empiezan por “ost” y acaban en “ias”.
A los 30 tienes toda la vida por delante. Con su pedazo de madurez inclusive.
A los 50 también tienes esa vida por delante. Y con su madurez en mejor sazón. Pero te quede el tiempo de vida que te quede, te queda menos de lo que llevas vivido.
Dos ostias de las buenas, ¿a que sí?
Bueno, no es para tanto. Me dirás tú que tanto me aprecias. Si tienes 50 puedes vivir otros 50. Perfectamente.
Claro Barri, te respondo yo. Pero esos segundos 50 años no serán al ritmo de los primeros.
Efectivamente. Tampoco los primeros 50 comenzaron de manera trepidante. Te cagabas encima. Comenzaste a gatear…
Vale, vale…
Lo que está claro es que hubiera sido mejor haber empezado a los 30, pero que empezando a los 50 vas bien.
Pues lo mismo digo para los 60. Me dirás tú que tanto me menosprecias.
Claro Barri, te respondo yo.
Y 70, 80, 90, 100 y hasta el infinito y más allá.
Porque mientras el ser humano tenga algo por aprender, estará tentado a comenzar.
Y siempre hay alguna cosa que otra por aprender. Y por celebrar.
Da igual tu edad, el color de tu jeta y si meas de pie, sentado o haciendo el pino. Da igual si te enrollas a mil o te ha dejado la novia.
En eso, te jodes. Pero no hay quien te quite la posibilidad de hacer lo que de la gana en cualquier momento de tu vida.
Si lo que pasa es que no te atreves y quieres que yo te empuje un poco…
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