Mira que hay gente enferma de titulitis. Personas gravemente enfermas.

Y se encuadran en dos categorías fundamentalmente.

Bueno, ni fundamentalmente ni nada. En dos categorías, y punto.

Categoría 1ª

Aquellas personas que consideran que si no consiguen un título serán nada en la vida.

Son un horror.

Categoría 2ª

Aquellas personas que consideran que si tienes un título no mereces ser algo en la vida.

Son una calamidad.

Pero como estas personas de diversa categoría están en el mundo viviente, sí o sí, no tienes más remedio que integrarte en el primer grupo, para empezar, y después decidir si te incorporas al segundo.

Ojalá que no lo hagas.

Y en ese caso tienes por delante una magnífica posibilidad.

Que en realidad es el mayor reto al que te vas a enfrentar en tu vida profesional.

Se trata de crear tu propia titulación.

-Coño, Paco. Ya empezamos con tus rollos.

-Otra vez con los mundos de Yupi, -dijo la otra.

-Aquí o tienes un título oficial, com máster y remáster, o ya vas apañao…

Pues no señor.

¿Qué título necesita Leonardo da Vinci?

¿En qué se doctoró Cervantes?

¿Cuántos másteres obtuvo Rockefeller?

Así que por supuesto que no necesitas un título oficial para situarte en lo más alto.

Lo que sí necesitas es ser muy bueno en lo tuyo. Ahí no puede haber truco.

Un fuera de serie tienes que ser.

Y eso lo puedes lograr a base de estudio y de esfuerzo. Todos los materiales de aprendizaje los tienes a tu disposición el las nubes internetspaciales.

De manera que en cuanto tengas diseñado tu perfil diferenciador (incluso mientras te hallas en el proceso) te vas a lanzar a vender tu propuesta, tus servicios y esas habilidades que valen su peso en oro.

Si quieres, en ese preciso momento podemos cooperar. Soy bueno vendiendo.

Puedes contratarme aquí.

P.D. Si me haces perder el tiempo también te estarás perjudicando a ti mismo.