Cargo de conciencia por arreglar la piscina
Dar consejos no es lo mío,
Porque quien tiene un vicio, si no la mete en la puerta, la mete en el quicio.
La pata.
Pero sí es verdad que esto del copywriting tiene un muchísimo de ser tirado p`alante.
Porque verse abocado a tomar decisiones es lo que tiene. Decisiones una detrás de otra, todos los días.
SIEMPRE
Y para tomar decisiones es fundamental asumir una actitud positiva. Sea por convencimiento, sea a troquel.
Por eso cuando me escribió Vicente para contarme lo de su piscina, porque se iba a quedar sin vacaciones, obligado a estar en casa todo el verano.
Me atreví a darle mi opinión. Un consejo pedido.
Vicente vive en un pueblo cercano a Sevilla.
-Paco no me identifiques, por favor, que luego la gente habla y se ríe.
-Pero si no te describo no tiene interés ni credibilidad lo que yo cuente cuando lo cuente en mis Dreamstorias.
Porque lo voy a contar, que lo sepas.
Mira, Vicente es un suscriptor que, en su pescadería, lleva a la práctica alguna de las pautas del Curso por correspondencia. Me dice que le va bien y me cuenta cosas personales.
Como que está pensando en gastarse un dineral para reparar la piscina, pero que le da palo gastarse ese dinero por si le hiciera falta para otra cosa más importante.
Claro, Vicente. Bien pensado, pero si mi abuela fuera mi abuelo, fumaría puros y hubiera tenido que irse a la guerra de África.
-Coño, Paco. ¿Y qué me quieres decir con eso?
Pues que si te tienes que equivocar que te equivoques. Como me pasa a mi y todo hijo de vecino.
Pero que mientras te equivocas o aciertas, o te vas a la ruina, o pegas un pelotazo en forma de bogavantes o puntillitas, deja flamante esa pedazo de piscina que tienes.
Porque el verano en Sevilla te resultará más llevadero y te sentirás mejor cada vez que te des un chapuzón.
Y de paso me invitas. No, por Dios, que no es profesional proponerte esto.
Pero sí que te agradeceré si le pasas esto a quien pueda estar interesado en hablar de todo esto en una formación presencial que se puede contratar aquí.